Como digo frecuentemente en mis consultas: “la teoría siempre es más fácil que la práctica”. ¿Por qué empiezo así este escrito? Porque, como bien sabéis muchos de vosotros, desde hace años soy Psicóloga experta en Psicología Perinatal (es todo lo relacionado con el embarazo, abortos, partos y pospartos) pero he de reconocer que es ahora, justo 3 meses después de dar a luz, cuando más estoy aprendiendo de este maravilloso pero también complejo mundo de la maternidad.
Desde hace años ya son varias las colaboraciones que he hecho en Cadena Ser Radio Segovia hablando de este tema tan fascinante de la Psicología Perinatal. Y hace unos meses también escribí un artículo sobre la psicología del embarazo, no solo con un enfoque profesional sino que también lo hice desde el punto de vista personal. Aquí os adjunto el link por si no lo pudisteis leer (solo tenéis que copiar y pegar): https://www.psicosegovia.es/salud-mental-perinatal-un-toque-profesional-y-un-toque-personal/
Y hoy nos toca hablar del Posparto y lo haré como la última vez, hablaré desde un enfoque profesional pero os hablaré también desde lo que estoy viviendo personalmente.
Desde un enfoque profesional:
Primero hablemos del parto. El parto es una experiencia vital muy intensa que supone un gran impacto emocional para la mujer, dando lugar a que todo lo que ocurra durante el mismo quedará grabado para siempre en su memoria.
Y ahora hablemos del posparto… ¿Quién dijo que fuera fácil? Hay tantas vivencias de este momento, de estos meses de posparto, como personas somos. Me gustaría que esto nos quedara claro para así poder entendernos, comprendernos y también para no juzgar a nadie.
Antes de entrar de lleno en la depresión posparto, me gustaría diferenciar esta depresión de la tristeza común que suele existir después del parto. Esta tristeza se conoce como “Baby Blues”, y nos explica que es normal que la mujer sienta preocupación, tristeza y fatiga. Baby Blues, o la tristeza posparto que afecta hasta a un 80% de las madres, incluye sentimientos leves que duran una o dos semanas y desaparecen por sí solos. Estos sentimientos no llegan a incapacitar a la madre y sin embargo en la depresión posparto los síntomas son mucho más severos llegando incluso a incapacitar a la mujer.
Quiero transmitir que la depresión posparto ocurre en casi el 15% de los partos y puede comenzar en cualquier momento después de que nazca el bebé, pero generalmente comienza entre una semana y un mes después del parto
Las mujeres que padecen depresión posparto sienten muchísima tristeza, sienten también una profunda sensación de vacío, necesidad constante de llorar, apatía, ansiedad y tienden a aislarse tanto por su tristeza como por su sentimiento de culpa. Y también es muy común sentir rechazo a su bebé y sentimientos de incapacidad para hacerse cargo de él.
¿Os parece extraño que una mujer que acaba de ser madre sienta rechazo hacia su bebé? Entiendo que pueda parecer extraño porque nos es difícil expresar la realidad cuando no cumple con el ideal social. Las madres que sufren depresión posparto y desarrollan ese rechazo hacia su bebé SON TAMBIÉN UNAS MARAVILLOSAS MADRES. Yo trabajo mucho esta sintomatología en consulta y os puedo asegurar que es muy duro sufrir depresión, pero mucho más cuando están juzgando tu capacidad como madre, cuando te exigen disfrutar y además te culpan y te culpas de otras muchas cosas. Es cierto que en ese estado no pueden brindar ni a su bebé ni a sí mismas todas sus atenciones, pero también es cierto que cuando logran salir de la depresión “sale a flote” todo lo que valen y todo el amor que sienten hacia su bebé desde el primer día de vida. Solo que, muy a su pesar, no pudieron transmitirlo antes.
¿Cómo podemos ayudar a las madres que estén pasando por esto?
Dando comprensión. Parece algo muy sencillo y básico, pero desde la comprensión sin juicios la madre se puede sentir muy aliviada. Es imprescindible evitar frases dañinas tales como: “deberías de estar contenta porque tienes a tu bebé”; “si eres buena madre deberías sonreír más”, “deberías estar más atenta a las necesidades de tu hij@”. También podemos brindar apoyo, compañía, ayuda profesional, cercanía y cariño. Desde ahí la madre, la mujer, la persona, está preparada para ir mejorando poco a poco.
España todavía está a medio camino en la atención perinatal a la mujer y dicha atención resulta, según la mayoría de los expertos, fundamental a la hora de prevenir depresiones posparto y muchas otras dolencias.
Desde un punto de vista personal.
Ahora “me toca” a mi ponerme en el otro lado de la mesa y expresar cómo me he sentido en estos 3 meses de vida. Como bien os dije en el artículo que escribí sobre el embarazo, toda la teoría que aprendí como experta en Psicología Perinatal tuve que llevarla a la práctica tanto en la búsqueda de nuestro embarazo como en la gestión de los abortos. Siempre os digo que de la teoría a la práctica hay una gran diferencia porque no es lo mismo vivirlo que no vivirlo, pero también quiero resaltar lo importante que es tener información sobre las cosas, leer, conocer y entender. Gracias a toda la teoría que sé de la Psicología del Posparto pude entender y entenderme muchas de las emociones que me fueron surgiendo después del parto y a lo largo de estos tres primeros meses.
Os podría hablar de mi parto, de cómo fue y de cómo lo viví, pero lo más importante es confiar en una misma, confiar en el propio cuerpo y en los propios recursos. Al final como madre sabes hacerlo, sabes estar y sabes dar lo mejor a tu bebé. Confiar también en quienes te acompañan (personal y profesionalmente) es importantísimo, pero confiar en una misma lo es más.
En cuanto a mi posparto. Os diré que, poco después de dar a luz, nos fuimos los tres al pueblo familiar. Ya era verano (di a luz el 28 de Junio), y nos pareció una buena idea recibir ayudas familiares. Hay quienes quieren “afrontar” este tiempo solos, sin nadie más, y hay quienes no. Yo lo que quiero trasmitir es que cada uno haga lo que siente y lo que necesite. Eso es lo mejor.
Incluso estando acompañados, incluso recibiendo ayudas en muchos sentidos, incluso estando animada y feliz, hubo días en los que me sentí sobrepasada. La demanda de las primeras semanas en las que no puedes hacer otra cosa que no sea dar de comer, la inexistencia de tiempo para ti, los cambios hormonales y físicos que acompañan a esta etapa, cambios maravillosos que querré repetir, os lo aseguro, pero que no tienen porqué ser siempre cambios “fáciles de digerir”. Todo conlleva un proceso de adaptación, un proceso de aprendizaje, tanto a nivel personal como de pareja.
Me gustaría que normalizásemos y que no juzgásemos cierta sintomatología en las primeras semanas después del parto. Me gustaría también que no exigiéramos ni a nosotras mismas ni a la sociedad a estar siempre felices en esos momentos. Obviamente hay que estar atentos y ayudar, cuanto antes, si vemos que los síntomas en la madre no desaparecen y que ésta cada vez se encuentra peor. En estos casos hay que pedir ayuda cuanto antes.
Ojalá en España mejoremos y demos una mayor atención perinatal a la mujer. Así ayudaremos a prevenir depresiones posparto e incluso muchas otras dolencias emocionales.
Muchas gracias a todos los que nos habéis acompañado en estos primeros meses, muchas gracias por el cariño, por la atención y por todas las ayudas. Estoy tremendamente agradecida.