Aprovechando que la semana pasada, exactamente el día 6 de Mayo, fue el día mundial de la salud mental materna, he decidido escribir este artículo con el objetivo de ayudar a visibilizar la otra realidad que también acompaña a este momento vital por el que pasan las mujeres y sus parejas.
Trabajo muchas áreas y especialidades pero hace ya un tiempo decidí especializarme en Psicopatología Perinatal (Psicologia del embarazo, parto, puerperio y crianza).
Día a día en mi consulta y gracias a la confianza y la generosidad de muchas pacientes, pude ser consciente del sufrimiento, del dolor, de la angustia, del miedo, de la culpa y de la tristeza que pueden sentir muchas mujeres en todas las fases de la maternidad. Y sí, no voy a engañaros, he sido más consciente de todo esto gracias a mi trabajo porque yo creía, tal y como el mundo nos hace creer, que todo es sencillo y fácil. Nos hacen creer que te quedas fácilmente embarazada, que no tienes ningún aborto, que disfrutas de todos los momentos de tu embarazo, que nunca te debes quejar de nada porque no hay nada de qué quejarse, que no sientes miedo, que el parto sólo es un momento maravilloso, que el posparto es felicidad porque ya tienes a tu bebé, que la lactancia es sencillísima porque como madre que eres ya tienes que saber y que la crianza es lo mejor de la vida. Es decir: Estás preparada/o para ello, todo es felicidad y ni la madre ni el padre tienen derecho a sufrir, a quejarse, a estar tristes…. ¿Creéis que esto es real?
¡Yo no lo creo!
Como algunos ya sabéis yo ahora mismo estoy embarazada, bueno…. Embarazadísima…. entro ya en mi último mes. Y son muchas las personas que me han preguntado sobre mi embarazo y mi estado, lo cual se agradece mucho, pero otras muchas personas dan por sentado que yo lo llevo bien por el mero hecho de ser psicóloga y más aún especializada en esta área. Pero, como siempre digo, nadie estamos inmunizados a nada, psicológicamente hablando. ¡Nadie es inmune! Las mujeres de todas las culturas, edades, niveles de ingresos y razas pueden desarrollar trastornos del estado de ánimo y ansiedad perinatales. Los síntomas pueden aparecer en cualquier momento, bien durante la búsqueda del embarazo, bien durante el propio embarazo y también durante los 12 primeros meses después del parto.
Por supuesto que luego os contaré mi historia personal, hay quién me lo ha pedido y me parece “justo” hacerlo. Siempre quiero ayudar a visibilizar, con mis artículos, en mis consultas y en mis colaboraciones semanales en Cadena Ser radio Segovia lo que también existe detrás de “ideal” que se trasmite. Así que creo que, como he dicho antes, es “justo” que cuente parte de mi historia, de mis vivencias y de mis emociones.
Antes de ello quiero compartir con vosotros/as información y datos que son importantes.
¿Las mujeres embarazadas son más vulnerables a los problemas de salud mental?
De alguna manera podemos decir que sí, y es que hay muchos cambios en la vida alrededor del embarazo. Hasta 1 de cada 5 madres experimentan algún tipo de trastorno del estado de ánimo y también ansiedad durante el período perinatal. Con frecuencia estos problemas pasan desapercibidos debido a la falta de atención psicológica especializada a las madres en el sistema sanitario y también debido a la “prohibición” que muchas mujeres sienten para expresar sus verdaderas emociones en este momento vital. Por todo ello no reciben tratamiento y esto a menudo tiene consecuencias más o menos graves a corto y largo plazo, tanto para la madre como para el niño.
-Se estima que 7 de cada 10 mujeres ocultan o minimizan sus inquietudes, problemas y síntomas. Sin comprensión, apoyo y tratamiento, estos problemas de salud mental tienen un impacto muy fuerte en las mujeres afectadas y en sus parejas y familias.
-Los trastornos del estado de ánimo en el período perinatal afectan a toda la familia. Muchas personas no se dan cuenta de que, aproximadamente, una de cada diez figuras paternas desarrollan depresión durante este tiempo. ¿A partir de qué momento puede ser más vulnerable la salud mental de la madre y /o de la pareja? Desde el momento en el de la pareja deciden ser padres (o si la propia mujer decide ser madre soltera). Desde ese preciso momento la psicología puede tener un papel muy importante en la persona. Hay mujeres y parejas que no lo necesitan ni en este momento ni en ningún momento del embarazo, pero hay otras muchísimas personas que sí, y de esto quiero informar. Hay parejas que tardan mucho en conseguir el deseado embarazo y este proceso puede llegar a ser angustiante, doloroso y obsesivo. Tanto es así que muchas parejas se rompen a lo largo de este proceso. La media para conseguir el embarazo está en un año, aproximadamente. Todos sabemos la teoría cuando no estamos en la situación pero cuando las parejas ven pasar los meses y no lo consiguen aparecen los miedos. ¡Qué importantes son también los abortos o las pérdidas gestacionales…¡ Existen y son demasiado frecuentes: Una de cada cuatro mujeres embarazas va a sufrir un aborto espontáneo, siendo las 12 primeras semanas de gestación las más delicadas. Posiblemente muchas personas que estáis leyendo estas palabras os sorprendáis, pero es una realidad. ¿Por qué nos sorprendemos? Pues porque es un dato que no conocemos, que ocultamos, que no lo expresamos, del que no hablamos. Normalmente las parejas se sienten tan incomprendidas y tan culpables que optan por callarse pero realmente el dolor les explota por dentro. Yo ya sabéis que opto por expresar nuestro dolor, sea cual sea, porque el hecho de expresar siempre nos ayuda a liberarnos, a darnos cuenta de que no somos los únicos. Y sí, también existe el miedo al parto y la depresión posparto. Este miedo está más enfocado hacia el momento del nacimiento: miedo al dolor, miedo a que el bebé sufra, a descubrir que tenía alguna enfermedad o malformación no detectada, incluso miedo a algo más grave. Y estos temores los pueden experimentar todas las embarazadas en algún momento de la gestación, sin embargo algunas mujeres los sienten los 9 meses, llegan a desarrollar pesadillas, insomnio, ansiedad, obsesiones… Y en cuanto a la depresión posparto quiero transmitir que ocurre en casi el 15% de los partos, puede comenzar en cualquier momento después de que nazca el bebé, pero generalmente comienza entre una semana y un mes después del parto. Entonces, ¿cuál es la realidad? La realidad es el conjunto de todos los acontecimientos, de todos. También es una etapa vital preciosa, única y maravillosa. Es una etapa donde das vida y no creo que haya algo más bonito, de verdad. Pero he querido sacar estos acontecimientos dolorosos para ver la importancia que tiene toda la atención perinatal; España todavía está a medio camino y dicha atención resulta, según la mayoría de los expertos, fundamental a la hora de prevenir depresiones posparto y muchas otras dolencias. Sin juzgar, comprendiendo y ayudando a las madres, ayudamos también a los bebés. No lo olvidemos…
Mi vivencia personal. Ahora os voy a hablar de mi historia personal dejando a un lado mi parte profesional. Fue hace dos años cuando comencé mi especialidad en el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal. En ese momento estaba aprendiendo mucha teoría y me estaba sumergiendo en un mundo apasionante para mi profesión pero, sin saberlo, toda esa teoría no sólo iba a ir dirigida a mis pacientes sino que también iba a dirigirla a mi propia persona en poco tiempo. En Junio de 2018 mientras aprendía día a día de este mundo, me tocó aprender a sentir el dolor emocional tan profundo que puede conllevar un aborto. Me sabía mucha teoría, muchísima, pero ese día olvidé todo y sólo me centraba en el miedo que sentía al no querer ser consciente de lo que me estaba pasando: el embarazo no podía seguir adelante y todo pasó de forma espontánea. No hubo dolor físico, estaba embarazada de 8 semanas, pero sí hubo mucho dolor emocional: culpa, miedo, incertidumbre, tristeza… Pasaron los meses y fui más consciente, me ayudó mucho hablarlo con mis familiares, amigas, expresarlo y ser conocedora de muchas otras experiencias (es verdad que aquí mi formación y tener ciertas estrategias me ayudaron muchísimo). Las dudas y el miedo estaban, no lo vamos a negar, pero no frenaban las ganas de buscar, cuando fuese posible, el siguiente embarazo. Y así fue, nuevamente embarazada a los meses. ¿Qué sentí cuando vi el positivo? Alegría y miedo. Hay quienes te dicen que sólo puedes sentir alegría en ese momento, hay incluso quienes pueden juzgarte por sentir miedo, pero ya sabéis que siempre os digo que cada persona tiene sus circunstancias y sus vivencias y nadie mejor que un@ mism@ sabrá lo que necesita. Pasaban las semanas y obviamente intentaba manejar el miedo haciendo mi vida lo más normal posible hasta que nos tocara las revisiones. Cuando llegan esas citas estás nerviosa, siempre lo puedes estar pero más aún con vivencias no positivas: Pues otra vez el embarazo no llegaría a término, iba a tener otro aborto. Otra vez el dolor y la desesperanza estuvieron con nosotros unos días… Sería engañar si no os dijera que teníamos miedo cuando buscamos el tercer embarazo, y no me parece bien no deciros la verdad. Teníamos miedo y no es malo sentirlo, es humano, pero como siempre digo en terapia: no dejemos que el miedo tome las decisiones por nosotros (sea en lo que sea en esta vida). Así que sí, buscamos el tercer embarazo y a los meses, en Septiembre, ya estábamos otra vez sumergidos en otro positivo. Nuevamente alegría, ilusión, incertidumbre, miedo, preocupación… Pero esta vez había algo diferente y eran medios para solucionar los problemas. Así que nos agarramos a la confianza, a no dejar que el miedo se apoderara de nuestra vivencia y a seguir la vida como se merece, porque siempre hay cosas fascinantes en el día a día. Hemos pasado citas médicas, revisiones, ecografías… Y aquí estoy, entrando en el último mes del embarazo esperando a mi niña con muchas ganas. Los dos estamos muy contentos. Sé que gracias a mi profesión y a mi entorno personal he podido vivir esto de una manera muy libre, sin juicios, con comprensión, cercanía, escucha y respeto. He tenido y tengo mucha suerte de tener a gente especial cerca de mí. He querido compartir esto porque muchas pacientes me dicen que les ayuda mucho saber que otras personas han pasado por lo mismo y que incluso profesionales expertos en salud perinatal hemos podido sentir emociones que nos hacen daño. Nadie está exento de vivir cosas difíciles y lo que nos hace diferentes es la forma de enfrentarlo. Tenemos que validar el dolor, tenemos que dejar que las personas sientan todo lo que necesiten, no exigir, dar espacio y respetar sus emociones. Una vez hecho esto tenemos que intentar ayudar a las personas para que no se dejen llevar sólo por el dolor y consigan sacar fuerzas para enfrentarse a lo que temen. Es fabuloso ver cómo nos vamos adaptando, cómo vamos aceptando e integrando las cosas. Date tiempo y espacio para expresar, desahogarte y así volver a vivir como es merecido. |