¿Por qué las mismas situaciones no nos hace sentir a todos igual? La respuesta está en el modo particular de interpretar las cosas que tenemos cada uno. ¿ Que forma este modo de pensar? La educación , las experiencias, el entorno en el que nos educamos, el observar como afrontan situaciones cotidianas nuestros progenitores, profesores, amigos…

Existen multitud de pensamientos negativos que tienen una utilidad y no debemos evitar, pero existen ciertas tendencias en el modo de pensar que son “repetitivas” en cada persona y generadoras de estados de ansiedad o ira incontrolable. No conducen a tomar decisiones sino a bloquearnos y encerrarnos en el círculo del miedo y/o la ira. Algunos ejemplos de ello son:

• Resaltar, por sistema , el aspecto negativo de una situación en general positiva.

• Los pensamientos en blanco y negro : todo es maravilloso u horrible.

• Si algo es negativo “siempre lo será” , “nunca mejorará”.

• Creer que por un gesto concreto sabemos cómo piensa el otro/a.

• Anticipar constantemente catástrofes Y si…

• Cualquier comentario que me hacen lo vivo como un ataque hacia mi persona.

• Quiero controlar aspectos de la vida de otros que no están bajo mi control.

• Cada paso que doy me encuentro con “injusticias” y estoy permanentemente enfadado.

• Me influyen mucho mis estados emocionales en el modo en que valoro las cosas.

• Me irrito en exceso porque pongo mucha energía en que el otro/ a cambie.

• Busco culpables ante los problemas.

• Tengo un modo muy concreto de cómo creo que debería ser el mundo.

Todos ellos se denominan pensamientos deformados y son prácticamente automáticos, es decir, no detectamos fácilmente que pensamos así, solamente nos damos cuenta de que “sufro y lo paso mal por mi modo de vivir la vida”.

Si este es tu caso, recuerda que el modo de pensar es aprendido ( por múltiples factores)y todo aquello que se aprende se puede “desaprender”, con esfuerzo por tu parte y ayuda profesional.