Hace ya unos meses empecé a hablar de un tema fascinante: “Psicopatología Perinatal”. Es cierto que he hablado de ello a lo largo de varias semanas en Cadena Ser Radio Segovia e incluso he tenido la suerte de colaborar con una gran profesional como es Sonia Díaz, fisioterapeuta del centro Fisiomassegovia, en una de sus Masterclass. Pero a pesar de todo esto he de reconocer que he tenido un poco “abandonada” la web y no he escrito los artículos que me hubiera gustado. Puedo echar la culpa al verano, al estrés, al exceso de trabajo… Pero como siempre digo “las cosas están en nuestra mano”, así que sólo puedo disculparme por tardar en escribir sobre este tema tan fascinante, importante y vital.
En el último artículo de la Psicopatología Perinatal hable de la Psicología del embarazo. Hoy vamos a habar de las dificultades que realmente existen para poder conseguir el deseado bebé y voy a hablar también de las pérdidas gestacionales, es decir, de los abortos involuntarios que tan dolorosos son.
Quedarse embarazada no es tan sencillo como cuentan.
Nada es sencillo. Yo quiero romper un poco el ideal perfecto que tenemos de todo este proceso, porque parece que cuando una pareja decide ser papás, ya todo va a ser sencillo: en cuanto quieran se quedarán embarazados, no va a haber ningún problema y todo será fácil, pero muy a mi pesar la realidad en muchísimas ocasiones no es así.
Sabéis que aunque la realidad a veces sea dolorosa, me gusta hablar de ella porque creo que nos ayuda realmente a avanzar y a aprender. Ya nos hacemos mucho daño innecesario con la vida no real/ideal/virtual.
¿El proceso de conseguir el embarazo puede ser angustiante?
Puede llegar a ser angustiante, doloroso y obsesivo. Tanto es así que muchas parejas se rompen a lo largo de este proceso.
La media para conseguir el embarazo está en un año, aproximadamente. Todos Sabemos la teoría cuando no estamos en la situación, pero cuando las parejas ven pasar los meses y no consiguen el embarazo es aquí cuando aparecen los miedos. Suelen verbalizar frases como: “a ver si nunca vamos a ser papás”, “seguro que todo es mi culpa y nada va a salir bien”; “todo el mundo puede y nosotros no; “algo haremos mal…”. “quizá no soy fértil…”
¿Al leer estas frases os habéis podido dar cuenta del sufrimiento que tienen muchas parejas?
Yo os puedo decir que sí, que sí siento ese sufrimiento que muchas parejas verbalizan. ¿Pero sabéis lo realmente doloroso? Pues que es un sufrimiento en silencio y no hay nada peor que esconder nuestro dolor. Muchas veces las parejas no lo expresan porque se sienten culpables o sienten que algo están haciendo mal.
¿Qué podemos hacer los demás cuando unas personas queridas no consiguen el deseado embarazo?
Tenemos que dar espacio para que expresen sus miedos y no debemos nunca trivializar su dolor o su angustia. Es un momento vital muy importante y por todo ello yo animo a que se hable, a que se exprese y a que se den derecho a sentirse como realmente necesiten.
Ahora hablemos de las pérdidas gestacionales, de los abortos…
Ay… ¡Qué tema tan importante también!.
Tanto si eres madre/padre como si no, seguro que eres conocedor de la costumbre que tenemos sobre cuándo es conveniente comunicar la noticia de un embarazo: suele ser pasado el primer trimestre. ¿Por qué realmente no podemos dar la feliz noticia antes? Porque en caso de que sufras un aborto nadie lo sabrá y así el daño será menor. BUFFFF…¡Gran error! Me duele incluso escribirlo, pero es verdad que socialmente se cree que si se esconde no nos va a doler.
Podéis o no compartir la noticia, sólo la pareja protagonista sabrá lo que necesita hacer. Yo soy partidaria de expresar, de compartir, de no hacer de este dolor un tema tabú, pero entiendo que a veces no estamos preparados por el dolor, la angustia, los miedos…
Quiero que os quedéis con algo muy importante: el daño es el mismo lo sepa quién lo sepa. La madre se siente madre desde que ve el test de embarazo positivo.
¿Son muy frecuentes las pérdidas gestacionales?
Demasiado frecuentes. Una de cada cuatro mujeres embarazas va a sufrir un aborto espontáneo, siendo las 12 primeras semanas de gestación las más delicadas. Hay quienes pasan por varios abortos espontáneos…
¿Qué es el duelo gestacional?
Cualquier pérdida personal lleva un proceso doloroso que conocemos como duelo. El duelo no es un trastorno mental, en absoluto, es un proceso emocional y natural vivido por la persona que sufre una pérdida. Y, como cualquier dolor, es una experiencia personal e íntima.
El duelo por una pérdida gestacional y perinatal tiene unas características específicas que difiere de otros tipos de pérdidas ya que se trata, frecuentemente, de un duelo incomprendido, silenciado y desautorizado. Como he dicho antes, no es un duelo que suela ser públicamente reconocido ni socialmente expresado. La pareja llega a sentir que no se le permite hablar sobre su pérdida porque su bebé no ha llegado a nacer, pero las parejas tienen derecho a expresar y, francamente, creo que nos haríamos un favor a todos si hablamos más de la realidad. La vida tiene cosas maravillosas, únicas, preciosas, mágicas… Pero la vida a veces nos trae dolor y al dolor también hay que darle voz.
¿Cómo podemos ayudar?
Lo único que necesita la pareja es que se les valide su dolor. Es necesario respetar su tiempo, su duelo. Es importante que sientan que estás a su lado, que puedes ayudarles cuando lo necesiten, que vas a comprender sus necesidades y sus dificultades, que no hay prisa. Sólo la propia mujer que ha sufrido el aborto sabrá cuando es el momento de empezar a mirar hacia adelante, mientras tanto el resto sólo podemos decir “lo siento”, darle un abrazo y regalarles algo de tiempo.
Los miembros de la pareja, desde el momento que saben que hay un embarazo, empiezan a imaginar cómo será su cercano futuro: piensan en nombres, piensan cómo serán ellos mismos como madres y como padres… Es decir, empiezan a sentir amor hacia su bebé. De repente, algo pasa en la semana 8 de embarazo, algo que no saben qué es y, finalmente, pierden a su bebé. Y ahora qué, ¿qué hacemos con esa pareja?, ¿les decimos que no pasa nada, que son jóvenes y que pronto tendrán otro o les brindamos comprensión?
Como he dicho antes: «todo está en nuestra mano».
Autora: Carlota de Sousa González
Psicóloga genera Sanitara. M-23100