Dependencia emocional y necesidades dañinas

La dependencia emocional es la necesidad extrema de carácter afectivo que una persona sienta hacia su pareja a lo largo de sus diferentes relaciones. Éste es el núcleo de la cuestión, lo que tras varias capas de comportamientos de sumisión, pensamientos obsesivos en torno a la pareja sentimientos intensos de miedo al abandono y demás, nos aparece como “el corazón” de la dependencia emocional: la necesidad afectiva extrema de una persona hacia su pareja., Con esta misma esencia ya nos asaltan las primeras dudas, las primeras fuentes de confusión que han podido ir surgiendo con el paso del tiempo y que han caracterizado el estudio de la dependencia emocional desde todos los ámbitos. Y es que la “necesidad”, “afectivo” y “extremo” son términos que están sujetos a la ambigüedad, a la interpretación personal de los mismos.

Cuando nos referimos a “dependencia” o a “necesidad extrema”, estamos exagerando aquello que es propio de las relaciones de pareja: los sentimientos positivos de querer estar con el otro, de contar con su apoyo, de sabernos queridos y valorados. La diferencia entre el amor normal, -que de por sí implica un cierto componente de necesidad- y la dependencia es meramente cuantitativa, es la distancia que hay entre querer y necesitar. Para ilustrar mejor la diferencia entre  querer y necesitar, o entre amor y necesidad extrema, podemos concebir un hipotético continuo de los sentimientos en las relaciones afectivas:

Ausencia de sentimientos –>  Amor, deseo de estar con el otro –>   Dependencia emocional Sentimientos

La dependencia emocional es un deseo irresistible del  otro de carácter puramente afectivo, sin explicaciones de otro tipo que pudieran justificar dicho deseo. Es concebir la vida siempre al lado de alguien al que se idealiza y se considera poderoso, al que se concibe como sentido de la vida del dependiente, al menos hasta que se encuentre lo antes posible a otra persona.

Los dependientes emocionales suelen tener parejas desde la adolescencia y si es posible intentan estar siempre con alguien. Una de las consecuencias que trae esto consigo es que después de una ruptura, vivida como un acontecimiento verdaderamente catastrófico, intentan reanudar la relación por nefasta que haya sido o bien buscan a otra persona que cubra su necesidad externa de estar acompañados de alguien.  Cuando nos referimos a las personas que cubren esta necesidad no estamos hablando de cualquiera, sino de gente con un perfil bastante concreto caracteriza por soberbia, egocentrismo, peculiaridad o más bien pretensión de ser diferentes y por tanto especiales, personalidad dominante, gusto por rodearse de personas que le halaguen e idealicen, cierto encanto interpersonal manifestado por excentricidades, sentido del humor o ingeniosidad, etc.

Los dependientes emocionales se caracterizan por una autoestima muy baja.

Las relaciones de pareja que suelen llevar a cabo los dependientes emocionales son de sumisión e idealización de otra persona, su compañero, que se convierte en el centro de atención y de la existencia, en el único referente válido de la pareja, en la persona alrededor de la cual gira todo, incluido el dependiente.  Continúa aferrado al otro y haciendo literalmente lo que sea por no perder la relación.

El círculo vicioso que se genera en esa relación consiste en que la posición dominante y ególatra del compañero se incremente, mientras que la autoestima del dependiente emocional decrece como reacción, trayendo como consecuencia un incremente de su necesidad excesiva del otro.

Amor adictivo: pregúntate si:

  • Experimentas una necesidad imperiosa del otro (..)
  • Experimentas una necesidad imperiosa de tener una relación (..)
  • Experimentas un apasionamiento excesivo por otra persona (..)
  • Experimentas sentimientos de celos y posesividad (..)
  • Te sacrificas y te privas de cosas en pro del otro (..)
  • Te apasionas y lo dices de inmediato (..)
  • Te echas la culpa cuando ocurre algo (..)
  • Eres incapaz de soportar la separación (..)

 Estás demasiado o intensamente implicado/a cuando:

  • Te preocupa el otro y la relación (..).
  • Tienes una escasa o ninguna vida social aparte del otro/a (..).
  • Tu vida sólo gira ante la previsión de oír y ver al otro (..).

También se considera que la dependencia emocional se mantiene por una asunción de creencias distorsionada y desadaptativas, como “no merezco que me amen”, “no puedo ser yo mismo y ser amado”, “si amo, sufriré”, o “he de buscar la felicidad fuera de mí mismo. Los consejos de auto-ayuda para combatir este fenómeno se basan, por tanto, en la erradicación de estas creencias con las técnicas propias de la terapia cognitivo-conducutal.

Referencia biografica: Jorge Castelló Blasco